Gestionar el duelo en Todos los Santos: claves para afrontar la pérdida

Se acerca el Día de Todos los Santos. Las floristerías se llenan de encargos y los cementerios se llenan de flores. Para muchos, es un día de recuerdo y tradición, pero para ti, quizás, es un día que te aprieta el pecho. Un día en el que la ausencia de ese ser querido se siente más grande, más pesada, más real que nunca. ¿Te suena familiar?

Si sientes un nudo en el estómago solo de pensar en ello, quiero que sepas que no estás sola. El duelo no entiende de agendas, pero hay fechas que actúan como una lupa, magnificando el vacío. Hoy no vamos a hablar de "superar" nada, sino de aprender a gestionar el duelo de una forma más amable contigo misma, de encontrar herramientas para afrontar la pérdida y de permitir que el recuerdo se convierta en un refugio y no en una herida abierta.

¿Por qué una fecha en el calendario puede doler tanto?

El Día de Todos los Santos es un ritual colectivo, la sociedad entera parece ponerse de acuerdo para mirar hacia el recuerdo y la pérdida, y esto tiene un efecto doble. Por un lado, puede hacerte sentir acompañada, y por otro, puede ser increíblemente abrumador, como si te obligaran a mirar a un lugar al que no sabes si tienes fuerzas para volver.

El duelo es como un océano, a veces las aguas están en calma y puedes navegar, pero en fechas como esta son como una tormenta inesperada, dónde las olas de tristeza, rabia o culpa pueden volver con una fuerza que te desestabiliza. Es lo que en psicología llamamos "reacciones de aniversario". Son una respuesta completamente normal del cerebro y del corazón, que recuerdan el impacto de la pérdida. No significa que hayas retrocedido en tu proceso, solo que el amor y el vínculo siguen ahí, muy presentes.

El permiso para sentir: las emociones que pueden visitarte.

A menudo se nos empuja a "ser fuertes" o a "pasar página", pero las emociones en el duelo no funcionan así, necesitan ser vistas y validadas. Este día, permítete sentir lo que sea que venga, sin juicio.

• Tristeza: La más evidente. Puede que llores, que sientas un vacío inmenso. Está bien. El llanto es un mecanismo natural para liberar tensión.
• Rabia: ¿Por qué se fue? ¿Por qué la vida es tan injusta? Sentir rabia es una parte normal del proceso de afrontar la pérdida de un ser querido.
• Culpa: Los "y si hubiera...". "Debería haber dicho...". La culpa es una emoción tramposa que nos ancla en un pasado que no podemos cambiar. Reconócela, pero no dejes que te defina.
• Ansiedad: La incertidumbre de cómo vas a afrontar el día, las reuniones familiares, las preguntas incómodas.
• Incluso alivio o paz: Especialmente si la persona sufrió una larga enfermedad. Sentir alivio no te convierte en una mala persona, es una reacción humana a la finalización del sufrimiento.

5 Estrategias para transitar el día con más calma.

No se trata de evitar el dolor, sino de encontrar formas de sostenerlo sin que te rompa. Estas son algunas herramientas para el duelo que puedes poner en práctica.

1. Planifica el día a tu medida: No tienes que cumplir con las expectativas de nadie, si no te sientes con fuerzas para ir al cementerio, no vayas, si prefieres estar sola, comunícalo. Diseña el día según tus necesidades, no según la tradición.
2. Crea un nuevo ritual de recuerdo: Honrar a alguien no tiene por qué ser doloroso, puedes crear un ritual personal o familiar que celebre su vida. Por ejemplo: cocinar su plato favorito, ver una película que le encantaba, escribirle una carta o simplemente encender una vela y compartir anécdotas felices.
3. Comunica tus límites y necesidades: Habla con tu familia, es importante que sepan cómo te sientes y qué necesitas de ellos. Frases como "Me gustaría que hoy no hablemos de esto" o, al contrario, "Necesito hablar de él/ella y recordarle", son válidas y necesarias.
4. Permítete momentos de desconexión: Está bien sentir, y también está bien no sentir, permítete hacer cosas que te distraigan y te den un respiro. Ver una serie, salir a caminar, escuchar música. Cuidar de ti es fundamental para poder sostener el dolor.
5. Busca apoyo en tu red: Apóyate en esas personas que te hacen sentir segura, una llamada a un amigo, un abrazo de tu pareja, no tienes que pasar por esto en soledad. Compartir la carga la hace más ligera.

"El duelo es el precio que pagamos por amar. Permitirte sentirlo es la forma más honesta de honrar ese amor."

Ejercicio práctico: un anclaje para el recuerdo sereno.

Si sientes que las emociones te desbordan, te propongo un pequeño ejercicio de anclaje para conectar con el recuerdo desde la calma y el amor.

1. Encuentra un lugar tranquilo: Siéntate cómodamente donde nadie te interrumpa durante 5 minutos.
2. Conecta con tu respiración: Cierra los ojos y haz tres respiraciones profundas. Inspira por la nariz y suelta el aire lentamente por la boca. Siente cómo tu cuerpo se asienta.
3. Trae un recuerdo feliz: Elige un recuerdo concreto y feliz con esa persona. No un recuerdo cualquiera, sino uno que te haga sonreír. Visualiza los detalles: ¿dónde estabais?, ¿qué ropa llevaba?, ¿a qué olía?, ¿qué sonido había? Sumérgete en esa sensación de alegría.
4. Agradece el momento: Quédate con esa sensación cálida en el pecho y, simplemente, agradece haber vivido ese instante. Ese recuerdo es tuyo para siempre. Es un tesoro que nadie te puede arrebatar.

Este ejercicio no borra la tristeza, pero te ayuda a recordar que el vínculo con esa persona está hecho de mucho más que solo su ausencia. Está hecho de amor, de risas y de vida.

Recordar de una manera sana: cómo transformar el dolor en amor.

Sanar la pérdida no significa olvidar, significa aprender a vivir con la ausencia, integrando el recuerdo de nuestro ser querido de una forma que nos dé paz en lugar de dolor. El camino del duelo es único para cada persona y no tiene una línea de meta.

Transitar tus emociones de una forma amable contigo misma es el acto de amor propio más grande que puedes hacer en este proceso, permítete fluctuar, tener días buenos y días malos. El Día de Todos los Santos puede ser una oportunidad para transformar la manera en que recuerdas, enfocándote en la gratitud por el tiempo compartido.

Si sientes que el dolor es demasiado grande y necesitas un espacio seguro para poner orden a tu caos interior, buscar acompañamiento profesional puede ser el primer paso para encontrar un camino hacia la sanación.