Día de la bondad: El poder oculto de ser amable contigo misma
En este artículo encontrarás:
- → La gran paradoja: ¿por qué nos cuesta tanto ser amables con nosotros mismos?
- → ¿Qué es la autocompasión? Desmontando 3 mitos que te frenan
- → 3 Señales de que tu crítico interior está tomando el control
- → Ejercicio práctico: La pausa de autocompasión en 3 pasos
- → 5 Formas de cultivar la amabilidad contigo en el día a día
Hoy es el Día Mundial de la Bondad. Un día para sonreír al vecino, para ceder el paso con paciencia, para tener un gesto amable con un desconocido. Pero, párate un segundo y piensa: ¿cuándo fue la última vez que te ofreciste esa misma amabilidad a ti? ¿La última vez que perdonaste un error tuyo con la misma facilidad con la que perdonarías a una amiga?
Vivimos en una cultura que aplaude la autoexigencia y confunde la autocrítica con la motivación. Nos han enseñado a ser nuestras juezas más severas, creyendo que así llegaremos más lejos. Pero, ¿y si te dijera que esa voz interior que te castiga por no ser perfecta, en realidad es tu mayor freno? Hoy vamos a hablar del acto de bondad más radical y transformador que existe: la amabilidad con uno mismo. Vamos a aprender a poner orden a ese caos interior y a descubrir el poder de la autocompasión.
La gran paradoja: ¿por qué nos cuesta tanto ser amables con nosotros mismos?
Somos expertas en cuidar a los demás. Consolamos a una amiga que ha tenido un mal día, animamos a nuestros hijos cuando fallan y entendemos los errores de nuestra pareja. Sin embargo, cuando la que comete el error somos nosotras, el guion cambia por completo. Aparece un juez implacable que nos susurra al oído: "no eres suficiente", "deberías haberlo hecho mejor", "has vuelto a fallar".
Esta dureza nace de una creencia profundamente arraigada: que la autocrítica es necesaria para el éxito. Confundimos la autocompasión con la debilidad o la autocomplacencia. Pero la evidencia científica nos muestra justo lo contrario. Investigadoras como Kristin Neff, pionera en el estudio de la autocompasión, han demostrado que tratarnos con amabilidad ante los fracasos no solo reduce la ansiedad y la depresión, sino que aumenta la resiliencia y la motivación para seguir intentándolo.
¿Qué es la autocompasión? Desmontando 3 mitos que te frenan.
Para entender qué es la autocompasión, primero debemos aclarar lo que no es. No es sentir lástima por ti misma, ni buscar excusas para tus errores. Es, simplemente, tratarte con la misma comprensión y cuidado que le ofrecerías a un buen amigo. Vamos a desmontar los mitos más comunes:
- Mito 1: "Es egoísmo". Al contrario. La autocompasión es una forma de autocuidado que llena tu depósito emocional. Cuando tú estás bien, tienes más energía y paciencia para cuidar de los demás. Es como en los aviones: primero tienes que ponerte tu propia mascarilla de oxígeno.
- Mito 2: "Es debilidad o autocomplacencia". La autocrítica nos paraliza por miedo al fracaso. La autocompasión nos da la seguridad para reconocer nuestros errores sin que nos definan, permitiéndonos aprender de ellos y volver a intentarlo. Es una fuente de fortaleza interior.
- Mito 3: "Te volverá vaga". La motivación que nace del miedo (a no ser suficiente, a fallar) es frágil y agotadora. La motivación que nace del deseo de bienestar (querer crecer porque te importas) es mucho más sostenible y poderosa a largo plazo.
3 Señales de que tu crítico interior está tomando el control.
A veces, esa voz autocrítica está tan integrada en nuestro día a día que ni siquiera la notamos. ¿Te suena familiar alguna de estas situaciones?
- Minimizas tus logros y magnificas tus errores: ¿Has conseguido algo importante y tu primer pensamiento es "podría haber sido mejor" o "ha sido suerte"? Si te cuesta celebrar tus éxitos, pero pasas días dándole vueltas a un pequeño fallo, tu crítico interior está al mando.
- Procrastinas por miedo a no hacerlo perfecto: El perfeccionismo es el mejor amigo de la autocrítica. Si evitas empezar una tarea por miedo a que el resultado no esté a la altura, estás dejando que el miedo al juicio (propio y ajeno) te paralice.
- Te comparas constantemente con los demás: Miras las vidas (aparentemente) perfectas en redes sociales o los logros de tus compañeras y sientes una punzada de insuficiencia. La comparación es el combustible de la autocrítica.
"La autocompasión no elimina el dolor, pero te da una manta cálida con la que transitarlo. Es el anclaje emocional que te permite ser tu propio refugio en mitad de la tormenta."
Ejercicio práctico: La pausa de autocompasión en 3 pasos.
Kristin Neff propone un ejercicio sencillo pero muy poderoso para momentos de estrés o autocrítica. Puedes hacerlo en cualquier lugar, solo te llevará un minuto. Se llama la "Pausa de Autocompasión" y consiste en lo siguiente:
- Reconoce el momento de sufrimiento: Para y di para ti misma: "Este es un momento de dificultad" o "Esto duele". Simplemente, valida tu emoción sin juzgarla. Ponerle nombre le quita poder.
- Recuerda la humanidad compartida: Ahora, repite: "El sufrimiento es parte de la vida" o "Otras personas se sienten como yo en este momento". Esto te conecta con los demás y te recuerda que no estás sola en tu imperfección. Combate el aislamiento que genera la vergüenza.
- Ofrécete amabilidad: Pon una mano sobre tu corazón o en un lugar que te reconforte y dite a ti misma: "¿Qué necesito escuchar ahora mismo?". Puede ser "Que pueda ser amable conmigo misma", "Que pueda perdonarme" o "Que pueda darme la compasión que necesito".
Este ejercicio no hace que el problema desaparezca, pero cambia radicalmente cómo te relacionas con él. Te permite pasar de ser tu propia enemiga a ser tu mejor aliada.
5 Formas de cultivar la amabilidad contigo en el día a día.
Aprender cómo practicar la autocompasión es como entrenar un músculo. Al principio cuesta, pero con la práctica se vuelve más natural. Aquí tienes algunas ideas para empezar:
- 1. Cambia tu diálogo interno: Cuando te pilles criticándote, pregúntate: "¿Le diría esto a mi mejor amiga?". Si la respuesta es no, busca una forma más compasiva de hablarte.
- 2. Escribe una carta compasiva: Piensa en algo que te acompleje o de lo que te arrepientas. Ahora, escríbete una carta desde la perspectiva de un amigo incondicionalmente bueno y sabio. ¿Qué te diría? ¿Cómo te consolaría?
- 3. Crea un gesto de autocuidado: Puede ser algo tan simple como prepararte una taza de té caliente cuando te sientas abrumada, ponerte crema en las manos con calma o simplemente parar cinco minutos a respirar. Un pequeño gesto que le diga a tu cuerpo: "Te estoy cuidando".
- 4. Celebra los pequeños progresos: No esperes a alcanzar grandes metas. ¿Has conseguido hacer esa llamada que te daba miedo? ¿Has puesto un límite? Reconócelo y celébrelo. Refuerza la idea de que eres capaz y merecedora.
- 5. Practica la bondad hacia los demás: Ser amable con otros también tiene un efecto rebote. Fomenta la liberación de oxitocina, la "hormona del amor", que nos hace sentir más conectados y seguros. Ayudar a otros nos ayuda a nosotras mismas.
En este Día Mundial de la Bondad, te invito a que el primer acto amable del día sea contigo misma. Tratarte con compasión no es un lujo, es la base de una salud mental sólida y el motor para una vida más plena y resiliente.
Si sientes que esa voz crítica es demasiado fuerte y te impide avanzar, recuerda que no tienes que hacerlo sola. Pedir ayuda profesional es un acto de valentía y el primer paso para aprender a ser tu propio lugar seguro.
¿Miedo a ir al psicólogo? Qué esperar de tu primera cita (Guía sin mitos)
Siguiente Artículo ›Próximamente...
ESCRITO POR
Judit Merayo Barredo
Psicóloga especializada en ansiedad, estrés y crecimiento personal. Mi objetivo es acompañarte en tu camino hacia el bienestar emocional con herramientas prácticas y un espacio seguro.
Saber más sobre mí →¿Tu voz interior es demasiado crítica?
Aprender a tratarnos con amabilidad es un pilar del bienestar. Si sientes que la autocrítica te paraliza y necesitas ayuda para construir una relación más compasiva contigo, estoy aquí para acompañarte.
Reservar Cita